martes, 18 de septiembre de 2012

Nada peor que un día de lluvia sin el

Afuera esta lloviendo. Desde mi habitación escucho el sonido de la lluvia al golpear con el vidrio y el hormigón, Las ramas de los arboles revolotean a causa del viento. Presiento que será una larga tarde.
Me  siento a escribir sobre la vida, pero en verdad lo único que me sale es su nombre. No se si son las vacaciones o la nostalgia que me produce la lluvia lo que me hace extrañarlo tanto. Mi vida, desde que se de su existencia, gira entera y completamente al rededor suyo, eso es de lo único que estoy segura.
¿Qué será de su vida? ¿Quién lo abrazará en un día como este?
Sentirá las mismas ganas que siento yo por pasar los días así en su compañía?
Ya nos imagino junto a una estufa a leña, sentados en un sillón frente a la tele, con un montón de palomitas en nuestras faldas. Imagino y siento su calor, el aroma de la leña, de las palomitas y su propio olor, tan mágico y tentador. Pareciera que con solo imaginar lo estuviese viviendo.
No debe de haber nada mas lindo que un abrazo suyo en un día de lluvia, nada mas hermoso que el color de su sonrisa a las penumbras de la luz del fuego de una estufa, nada más tierno que su mirada, y nada más satisfactorio que su presencia.

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